12.22.2010

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Mirando el eclipse con mi viejo, decidiendo irnos a dormir una horita más hasta que la Luna estuviese casi completamente tapada decidió que yo tenía que cambiar un par de cosas en cuanto a este tipo de fenómenos y sus horarios. "Cuando seas divulgadora científica, asegurate de que Clarín no le pifie por tan lejos a los horarios", y me sonrió. ¿Cómo no querer a toda costa hacer lo que me gusta, si encima significa que él sea feliz? Me dió el ok, la aceptación y orgullo que sintió hacia mi elección de vida que me faltaba para tener el 100 porciento de ganas de llegar a marzo y decir: hola, vida... acá estoy.

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