3.10.2011

Papá.


Compartir vida. Es algo que me gusta y que a me nudo intento hacer. Su sonrisa que opaca toda fatiga que pueda llegar a provocar el camino hasta el muelle. El entusiasmo con que mira nuestros hábiles movimientos para que ni las patas se tenga que mojar, y ahí va. Mi viejo nos mira remar y remarca el disfrute en estas mini-excursiones inventadas para pasarle vida. Esa que por algún error de su juventud creyó perdida pero que recuerda puede recuperar con sus hijos y nietos, absorviendo nuestro esfuerzo por que no deje de disfrutar lo que ama. Y es ahí, cuando cree que el que gana es él; y cuando menos se da cuenta que me llena el alma y me da ganas de seguir pase lo que pase. Y a pesar de todo, termina siendo él el que me llena de vida a mí. Me completa y me invita a vivir.

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