12.14.2008

Un cuerpo sin vida.


Fue una historia triste. Sólo palabras, dibujos y perdidos recuerdos los unían. Sus frases hechas y cartas sin nombre funcionaban como un hilo cocido a cada corazón, y que tiraba, tiraba y dolía cuando algunos pasos más volvían a separarlos. Que sobre, que no esté tenso, que se pueda enrrollar, eso esperaba ella cada día de su vida, que ese hilo desaparezca, que su punto de contacto sea sus ombligos y tal vez poder sentir su aliento, su respiración húmeda y pesada que de seguro le haría sentir viva. Sentir vida, como sería eso? No esperaba nada nuevo, pero el día que pudiera besarlo se daría cuenta que su latir no era pleno, que vivir era tenerlo a su lado. Acariciarlo, sofocarse, para luego tener que despedirlo, dejarlo ir y en ese minuto volver a sentir que simplemente era un cuerpo sin vida. Un muerto con un hilo, un hilo tirando, desangrando, esperando a no tener que existir jamás...

By Agustina.

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