5.28.2009

Caída libre.



Es algo así como una canica cayendo por un circuito de toboganes, de esos que te regalan cuando sos chico. Si uno le pone cualquier cosa en el medio de su camino, la bolita, lo esquiva o simplemente afronta el peligro de saltarlo y todas sus consecuencias. Así puedo describir mi vida. Va, impulsada va, por un la inercia de un empujón, un abrazo, un par de labios pasados... Un trayecto que está siendo recorrido por mi alma sin conciencia alguna de lo que pueda hacer, pasando momentos como puede, como si cada persona fuese un escalón o rampa de esa canica. Todo me frena, nada me detiene. Y así, mi velocidad se incrementa a pasos agigantados y mis ojos se tornan entrecerrados, al experimentar esa extraña sensación de sentir el choque con mi realidad cerca, muy cerca. Dicen, hay que caer para levantarse, llegar al fin de un capítulo para poder escribir otro; entonces yo me pregunto... falta mucho más para llegar a mi velocidad cero? Quiero llorar, para luego, reír con más fuerza.

By Agustina.




Inconcientemente, tapo mi propio sol.

No hay comentarios: