10.24.2009

Te amo.


Él empezó a escribir algo en la pizarra, ocultándolo de la niña. Pero ella ya había abandonado su disimulo. Le pidió que le dejara ver. Él contestó:
- No es nada.
- Sí, algo es.
- No, no es nada; no necesitás verlo.
- Sí, en serio que sí. Déjame.
Y tomó la mano del muchacho con la suya y hubo una pequeña lucha. Él fingió resistir de verdad, pero dejaba que su mano se corriera poco a poco, hasta que quedaron al descubierto estas palabras: Te amo.

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