7.12.2010

mi más hermosa enfermedad...

Me drenaste el alma, me dejaste sin ganas. No tengo ya ganas de seguir remando, menos aún cuando casi no queda agua en el único río que me podía llevar a vos. No sé con que te tuve la primera vez, que te gustó de mí, con que te atrapé. Hoy no debe existir, debe de haberse ido con esa felicidad que sólo vos me sabías transmitir. Y no, nada se dibuja en mis labios desde que no estás. Mis dientes se esconden del frío y me lengua no quiere ni hablar. Entendeme, como hago para dejar de girar tu nombre por mi cabeza? Qué carajo se supone que uno hace para dejar de pensar si te acordarás de mi, que que parte ocuparé en tu mente. NINGUNA, y no quiero ni pensar en pisar cada una de esas ilusiones que hoy cargo en hombros, que pesan, que duelen, que derrumban... Eras el perfecto antídoto a mi soledad, y que irónico que ahora busque desesperada un remedio a esta mi enfermedad, a vos, ami adicción a ese antídoto perfecto, mi única y más hermosa enfermedad!



Agustina Terrizzano.

No hay comentarios: