3.10.2011

Bariloche, y un lugar para replantear.



Olvidar no es fácil, mucho menos cuando se trata de volver a querer. Aprender, otra vez. Se torna complicada la situación el día que te das cuenta que no da para más, que es hora de borrar. Diste vuelta la página y regresaste a ella más de cien veces, tachando y mintiéndote para no dejarla atrás. Quizás sea hora de acmbiar de libro. Incluso de usar otra birome. Pasar de trágica a una novela de esas que terminan bien. ¿Quién nos lo impide? Si al fin y al cabo, cuando cerramos el tomo de un libro para que este quede juntando polvo el resto de su existencia en un estante, los protagonistan no salen de él para matarte. Y, aún mejor, luego de tantas otras palabras leídas hasta logras olvidar que pasaba en aquella historia, y la magia que te llegaba a transmitir. Eso quiero, olvidar.





Agustina.

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