4.05.2012

Porque sí.

Dos horas después, seguía girando en la cama. No había posición que me viniera bien, ni para dormir ni en mi vida misma. Seguía preguntándome ese tan intrincado "por qué" y, tal como esperaba, no encontraba en mi cabeza más que un "porque sí". Un día cualquiera mi mirada se topó con la tuya y así como una melodía nunca pudieron dejar de bailar; curiosa suerte la que nos cruzó, aún más curiosa la que nos desencontró. Ya no había mucho más que hacer con eso, ya no había una respuesta.



Agus Terrizzano.
Abril 2012.

"Con la mirada perdida se va..."

No hay comentarios: