5.13.2009

Martes 13.


Fue la primera vez en mi vida que creí en que el martes 13 era realmente maldito, nunca me había sentido tan enterrada y pisada por mis propios sueños. Ese día, como este, llovía a no poder más y trabado como no solías ser me transmitiste tu decisión: "que cada uno siga su camino va a ser mejor; estamos lejos y no puedo seguir sosteniendo promesas que no sé si voy a poder cumplir, sos chica, tenés una vida, no te quiero lastimar"; no sabía si matarte o amarte más todavía por la forma en que me cuidabas, en que sí cumplías otra de nuestras promesas: "nunca me voy a ir de tu vida, y siempre voy a cuidar para que no te hagan mal. Aunque lo intente, no podría olvidarte." Hoy, todavía no entiendo como esas frases siguen en mi mente... pasó tanto tiempo, pasaron tantas cosas. Creo, que nunca había odiado y amado a alguien tanto en un mismo momento. Pasaste por mujeres, por amigas, por desapariciones, por maltratos, por amor nuevamente, y te volvías a ir... y simplemente no entendía cuál sería tu cabeza acerca de todo lo que a mi podría estarme pasando. Pero llegó, llegó ese día en el que me dijiste muchas cosas y aclaraste mi mente, pero sobre todo me hiciste entender que yo podría haberte tirado cinco valdes de agua, tierra, piedras, tapado, pero nunca te logré apagar. Soñé con cosas que estuviesen bien lejos de tu vida, pero sabía muy bien que si decidías a volver, mi cuerpo irremediablemente iba a imantarse a tu alma. Y así seguí, a pesar de todo, quise con todo mi alma y lloré por otras personas pero nunca pude sacarte de mi pecho, nunca pude olvidar todas las ilusiones que a tu lado construí. Es un año después de "seguir mi camino" que te tengo a mi lado, que seguís en mi vida y nunca quiero perderte. Es este nuevo 13 de mayo cuando pienso que no sé que sería de mi sin vos, que por tu culpa, por tu constante ida y venida, tu locura, pero sobre todo tu ternura aprendí a crecer, aprendí a amar y odiar, a llorar y reír, a tener esa gran incertidumbre de que vendría después. Experimenté lo que era la preocupación y perdí miedos con tal de demostrarte que, acá, hay una amiga, un hombro y que aunque quiera y pataleé y quizás de vez en cuando lo necesite nunca se va a poder alejar, que no estás sólo. Hoy, ya nosé que pasaría si mi destino me cruzara con vos, seguramente revolucionaría mi alma; nosé siquiera porque acostumbro olvidarme de vos y después recordarte con más fuerza porque simplemente me quedé con las ganas de concretar todos nuestros sueños... sueños que dejamos ir, pero nunca terminaron de morir. Palabras que no dejé de sentir, un año atrás. En el único martes 13 que modificó el resto de mi existencia.

By Agustina.

Gracias por enseñarme, y aunque ya no sea del mismo modo y quizás haya roto mi promesa de esperar el momento justo para poder seguir, y haya cambiado mi vida y te haya hecho caso y continuado, aunqe mil veces te dije que no iba a poder... te amo, no de la misma
forma quizás, pero con muchas más fuerzas que en aquel entonces.

No hay comentarios: