3.31.2011

Felix Coluccio.


Debo admitir que no sos una persona que tenga muy presente, pero te puedo asegurar que te recuerdo a casa palabra que escribo. Y, cada vez que uso la escritura como forma de liberación para mi alma, no dejo de lado tus sabios consejos de escritor profesional. Tus alagos hacia mis cuentos de nena de ocho años que eran, digamoslo, ¡pésimos! Espero estar haciendo bien eso que alguna vez me encomendaste, llegar a escribir mejor que vos... aunque dudo sea posible. Fuiste, durante ese poco tiempo que pude compartir con vos, una gran alegría para mi vida; mi figura de abuelo que jamás había tenido y que conocí de tu mano, de los merondeos de tu gato mientras trabajabamos ( como vos le llamabas) y de esos preciados libros tuyos, y fotos que guardo como mis mayores tesoros. Nunca te olvido, y no sabes lo que te agradezco haberme impulsado más aún a este maravilloso mundo de la literatura, de la escritura, del baile del alma entre palabras, puntos, comas y mucho más. Fuiste grande, y estás para siempre en mi corazón. GRACIAS y perdón por jamás haberte hecho saber lo mucho que te apreciaba, deberia haberme dado cuenta antes! Un par de líneas para vos, por ahora acá... en algún futuro estarán plasmadas en donde pueda ver todo el mundo quién fue el que me trajo hasta donde estoy, a mi mundo; el de las palabras.

No hay comentarios: