11.08.2011

el orgullo mata.


El orgullo pesa, y a veces puede ser tan grande que termine por arruinarte a vos más que a quién hizo que lo saques a relucir. Y hay días, como hoy, donde la vida me supera y me dan ganas de simplemente no parar de gritar que te extraño, que mi vida sin vos no es igual; no tengo con quien jugar. Existen diversas figuras en la vida, pero como la tuya no hay dos. ¿Cómo reemplazar a quien conoce cada mañana desde que tenes uso de razón? Supiste que muñeca no podías tocar, no dudabas en cuál era tu papel. Con problemas, con diferencias, con errores pero siempre juntas hasta hoy; cuando el orgullo, la bronca, la confusión se fundieron en uno solo y llegaron a esto... no saber nada de vos y extrañarte, extrañarte como jamás pensé que lo iba a hacer.

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