6.20.2012

Resucitándose

Ya no le molestaba nada de lo que digan, sentía que ya nada le podía doler. Se creía inmune y ajena a todo aquello que pudiese volver a romperle el corazón. Iba por la vida así, ligera, tranquila y con una sonrisa que sabía iluminar todo lo que iba dejando atrás con su andar. Respiraba profundo y seguía. Había aprendido     - ya no sabía donde - que, en ciertos momentos, ya no le quedaba otro remedio que ese: no parar y mucho menos retroceder; avanzar. 
Sin embargo, de vez en cuando, algún que otro recuerdo nostálgico decidía que la iría a visitar. Y así lo hacía, inoportuno, casi imperceptible, silencioso se acostaba ocupando casi toda su almohada y no la dejaba dormir. La corría poco a poco de la cama hasta que la obligaba a levantarse. Le saltaba en el marote hasta conseguir romper con aquella tranquilidad, la que hace ya algún tiempo se había prometido a sí misma. Entonces, ella se sentaba, con la mirada perdida y sin saber muy bien que hacer. Meditaba. Intentaba no pensar. Extrañaba. Sentía como si un cuchillo no sólo le estuviese abriendo una herida, sino que además se moviese sutilmente en ella para que no pueda parar de sangrar.
Volvía en sí, se regocijaba en esa borrosa sonrisa una vez más: la acariciaba con la mirada, la contemplaba, le devolvía la imagen de una dentadura casi perfecta en señal de aprobación para que se fuese una vez más. En voz baja, casi como si fuese una rutina, enumeraba la cantidad de cuestiones por las que no se podría permitir caer. Si bien entendía que, en algún punto, aquel nombre nunca volvería a ser tan sólo un nombre y que a sus ojos les iba a llevar meses enteros no brillar al escucharlo y disimular toda esa memoria que llevaban consigo; se repetía una vez más: quedarse parado en un lugar no sirve de nada. Esperar tampoco, esperar sin razón mucho menos. 
Allá va, caminando otra vez, sonriéndole a los días soleados y puteando un poco a los nublados, pero andando. Como siempre hizo, como nunca va a dejar de hacer. La veo ir y respirar orgullosa de como supo actuar, conforme de siempre haber ido para donde el alma le tiró. Siempre al frente, nunca para atrás. 


Agus Terrizzano
Junio 2012

"Aunque el cielo se rompa a pedazos,
aunque el tiempo pinte pa`l bajón; 
la gente que encara es siempre la mejor."
"

No hay comentarios: