6.21.2013

Persevera y te cansarás

Cada tanto, analizando un poco la cantidad de pensamientos fugaces que se cruzan por mi cabeza, llego a algunas conclusiones. Hoy, ahora, en este minuto, es uno de esos "cada tanto" y creo poder afirmar tres grandes certezas:
a) La causa de la tristeza intermitente que invade noches de insomnio es siempre la misma, pero en un noventa por ciento de las veces se la adjudica a conflictos de menos importancia. Sí, a esos que en realidad no significan nada, pero que acrecentamos enormemente como si esa fuese la solución para sacar del plano al verdadero motivo de las horas sin sueño y la cabeza que no para de girar.
b) El inconsciente jamás deja pasar el odioso mecanismo de protección explicado en el punto a). Por eso, de improvisto, nos va a traer un sueño que nos deje esa herida abierta frente a los ojos. Entonces, te das cuenta que quizás no hayas apagado todo resabio de ilusión como habías pensado. Aún más, en algún rincón de tu mundo seguís esperando eso que ya te repetiste (unas mil veces, y otras mil más) no va a llegar.
c) Luego de que b) te haga dar cuenta de cómo funciona a), inmediatamente volvés al instante preciso en que dejaste que esa cuestión entrase en tu vida. Regresás a esa plaza, a esa conversación, a ese par de ojos, a esa pregunta, y en un eterno flash back ves como - efectivamente - la decisión equivocada puede transformarse en ley. Encima, al lado más masoquista de la memoria no le basta con hacerte revivirlo, sino que le pone "replay" unas veinte veces hasta convencerte de que le erraste a la respuesta correcta, y todavía tenés en marzo cómo dejar el miedo atrás.
Sin embargo, la película casera perfectamente guardada en la retina de los ojos termina su show. Y acá estás, sentado abajo de la ducha intentando desentrañar qué te quiso decir ese sueño que ahora no te deja parar de pensar. Pero no tardás mucho, es muy fácil. Tu yo que no dejaste ser se río de vos desde lo más profundo de tus neuronas, y te recordó que la perseverancia es tu mayor virtud (o el peor de tus males). Ah, y también que siempre se puede ser un poco más boludo.

Agus Terrizzano
Junio 2013

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