Despacito, iba desapareciendo de aquel papel. Hasta que PUM, ya no era, ya no me pude mover. En ese instante nos separamos por completo, nos desenredamos, cada uno siguió por su lado. Lo vi en una esfera diferente, desde la vereda de enfrente. Allá. Había llegado el momento que nunca imaginé.
No, no me mentiste el día que me prometiste que ibas a volver. No, tampoco cuando aseguraste que nada iba a cambiar. Mucho menos con aquella certeza de necesitarme siempre cerca del modo que fuera. Solamente dijiste una verdad que saldría volando al poco tiempo. Lo entiendo, tomaste coraje, sacaste esa goma del bolsillo y me borraste.
Acá quedé yo, siendo restos de nada. Ni siquiera enojada. Sino en la vacía sensación de no ser, ni haber sido. De mirar para todos lados y no verte, ni verme, y mucho menos vernos. Acá en la puta conformidad de haber rasguñado un "pudo ser".
Agus Terrizzano
Junio 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario