Dejé tu sonrisa en el andén y me eché a correr sobre aquel vagón. Miré por la ventana y te fuiste haciendo pequeño. Mientras con la mirada quería hacerte llegar mi más grato deseo de buena suerte, mis ojos disparaban una despedida en forma de lágrima. Y no se te ocurra pensar que cada tanto no me darán ganas de volver. Vamos a decirlo, siempre existe la inmensa necesidad de un abrazo más. De esos que me alejan de esta nube gris que intento dejar atrás.
Agus Terrizzano
Octubre 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario