12.17.2012

Frágil

¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Por qué y para qué? ¿Por qué todo me sale así? A veces lo sé, muchas otras me pierdo. A veces te quiero, otras tantas te patearía la cara. Cada tanto lo quiero a él, casi siempre deseo abrir las manos para soltar todo y que ya nada me importe más. Algunos días me urge que me quieran, varios otros preferiría no sentir. No sentirme así.

Hoy soñé. Una ruleta no paraba de dar vueltas. Google dice que estoy esperando un cambio inesperado, que no tengo las agallas para impulsarlo, dejo todo al azar y algún otro invento más. Yo no sé. Un día te extraño, al siguiente ya no me acuerdo quién sos. Pero paso por esa esquina y algunas frases retumban en mi cabeza en ese preciso momento en el que creía haberte olvidado.

A veces tengo miedo. Hace un par de noches lloré. Mi boca no paraba de gritar y quejarse de los menesteres de esta vida. De las distancias y la falta de abrazos. Pero en el fondo de todo eso, yo sé que estabas vos. Vos en todas tus formas. En la que pasó, en la que sos, en la que nunca fuiste ni serás. En la cara de algún nuevo amor que no me animo a concretar. Vos y este cariño que ya casi apagado aún me enreda los pies y me tira cada tanto. Con urgencia tengo que encontrar la llave, esa que cierra esta puerta que el viento de vez en cuando golpea contra mis neuronas hasta explotar.

Casi no quedan recovecos fríos en la cama y empiezo a morir de calor. Los mosquitos zumban cerca de mis oídos y no me dejan en paz. Tengo la mente en blanco y mi estado de ánimo hace rato se apagó. No estoy triste, tampoco feliz. No estoy. Y no sé qué hacer para salir de acá, de esta caja que me aprisiona y no me deja respirar. ¿Cómo? Cuando por fin encuentro algo que me devuelve la sonrisa, las vueltas de esta perra vida me lo tiran para atrás. Ya no tengo fuerzas para confiar. Y sin embargo me río. Me deshidrato a carcajadas porque me enseñaron que pasar los días así es mejor. Y un rato después me siento sola, y necesito que alguien me abrace y me diga que todo va a estar bien. Que mi paso por este mundo vale la pena, que no todo el trayecto consiste en esperar.

¿Ves? Ya estoy pidiendo que me quieran. Pero acordate, dentro de cinco minutos más me va a haber invadido el pánico y me vas a ver correr. Soy de las que terminan prefiriendo un hielo en el pecho, a seguir entregando todo y recibiendo más de lo mismo: nada. 


Agus Terrizzano

"Necesito alguien que me parche un poco
y que limpie mi cabeza."



No hay comentarios: